Hoy le hablé al ánimo distante
Con versada melancolía.
El rastro de su ausencia dejó
Trazas en la aurora…:
¡Nada al alba! Dijeron los
Niños ansiosos de luna.
¡Nada al alba! Porque al caer
La tarde el mar lo evoca.
Y nadé al alba, y raro fue ver
Tras de mi las estrellas; y
Nadé al alba y hasta el crepúsculo;
Y sentí los celos de la mar sobre
La cristalizada herida de su hierro.
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